lunes, 12 de marzo de 2012


Eras el café a media mañana y a media tarde. Ese cigarro de después. La sonrisa en mi boca y mis ganas de ti. Eras ese refresco de un día de verano y el chocolate del invierno. Ese cordón desatado y la comida recién hecha. El abrigo en plena noche y mi colchón. El vaso de agua de una mañana de resaca y los hielos en una noche de fiesta. Eras el hombre del tiempo, porque yo me regía por ti. Eras ese billete a una escapada perfecta, y el libro de autoayuda para la vuelta. Esa música lenta y suave, y la más movida para bailar. Eras todo, y mucho más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario